miércoles, 29 de junio de 2011

Una de despedidas.

Aquí, tumbado a las 5 de la mañana con un calor mortal, escuchando "Baldosas Amarillas", me acuerdo de las pocas cosas que  he perdido en la vida y, a pesar de ello, lo mucho que me han marcado. Antes de ponerme más trágico he de decir que hoy es mi última noche (al menos como residente oficial) en mi primer piso de estudiante.  La verdad es que, hasta esta noche/madrugada, no le había dado mucha importancia al hecho de mudarme: otra casa, otro color de paredes, otras estanterías. Lo importante es el contenido (yo, en este caso). La cuestión es que no sé si será por Vetusta Morla, por mi innato apego a lo material o porque mi mente no tiene mejores cosas que hacer en estas horas de insomnio, pero no paro de recordar momentos y anécdotas que he vivido en este pequeño rincón que ha pasado a formar parte de mi mundo. Probablemente de aquí a unos años se me olviden el 50% de las rutinas que llevaba a cabo en él, se me olvide el color de su suelo o el truquillo (más bien movimiento de muñeca) para abrir el portal de la entrada, no lo sé. Eso sí, estoy seguro de que conservaré las sensaciones de que aquí fui feliz.

A decir verdad tiene poco de especial: mi habitación es bastante pequeña, el casero un hombre del siglo pasado... al fin y al cabo es un piso más. Sin embargo, mi cabeza no puede dejar de evocar con cariño aquella escena final de "Friends" en la cual dejan todos los protagonistas sus llaves del piso encima de la mesa y se van para dejar atrás, en ese apartamento, cientos de risas, de payasadas, de llantos... supongo que siento, en cierto modo, que parte de mí se queda aquí, entre estas cuatro paredes verdes, como una proyección de mi mismo tumbado en una cama mirando al techo, jugueteando con el cacharro de correr las cortinas o leyendo tonterías en internet.

La vida es cambio, y el cambio, por lo general, implica perder unas cosas para obtener otras. Hoy tengo la sensación de dejar atrás una etapa de mi vida, esperemos que lo que venga sea siempre mejor que lo que se deja atrás.

No suelo ser tan melodramático, pero hoy tenía la necesidad de "desahogarme" un poco, seguro que más de uno (si es que hay más de uno que lea esto) me entiende.


martes, 28 de junio de 2011

He aquí un blog.

Bueno, ante mi necesidad de expresarme y por lo menos tener la falsa impresión de que alguien me lee, abro este espacio en la web que seguramente acabará siendo ignorado como tantos y tantos blogs más interesantes y curiosos que este.

No prometo escribir ni asiduamente, ni bien, ni cosas interesantes... de hecho ni siquiera prometo escribir algo más que esta entrada que redacto a modo de introducción.

Con respecto a quién soy (si es que hay alguien que no me conozca leyendo esto, algo que dudo sobremanera) solo es necesario decir que alguien con el suficiente tiempo libre como para reflexionar sobre cosas de cuestionable interés y cuyas aficiones irán saliendo a la luz (supongo) en el caso de que publique más entradas.

Poco más que añadir, vamos a ver si tiene éxito este invento, y si no lo enrollamos en una alfombra y lo tiramos por un puente.

Intentaré, por lo menos, ser original.